Bahá’í World News Service
PORT VILA, Vanuatu, 13 de Abril de 2020, (BWNS) —Ante la posibilidad de escasez de alimentos debido a los efectos globales del brote de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), algunas personas involucradas en un programa educativo de inspiración Bahá’í llamado Preparación para la Acción Social (PSA) han tomado medidas para proteger a sus comunidades.
“Mi grupo está constantemente pensando en las diversas maneras en que puede servir a nuestra comunidad, y ahora ante la proximidad del coronavirus, ¿qué debemos hacer?” dice un participante de Tanna, Vanuatu. “No podemos quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada al respecto. Necesitamos levantarnos activamente y servir a nuestra sociedad”.
El programa de PSA, que se implementó en 17 países de África, Asia, América Latina y el Pacífico, aumenta la capacidad de los jóvenes para aplicar el conocimiento extraído de la ciencia y la religión para el desarrollo de sus comunidades.
Aunque Vanuatu no tiene casos confirmados de coronavirus hasta el momento, los efectos en los viajes y el comercio internacional han causado dificultades económicas y redujeron las importaciones de alimentos. Las medidas tomadas por el gobierno para prevenir la propagación de la enfermedad han requerido que cesen las actividades habituales de los programas de PSA, pero grupos de participantes están tomando medidas para no solo mantener el suministro de alimentos de sus conciudadanos, sino también para alentar a otros a hacer lo mismo en sus países.
Muchos participantes al presente están expandiendo jardines personales y plantando cultivos que se pueden cosechar rápidamente, a fin de crear fuentes confiables de alimentos en los próximos meses de incertidumbre.
Los recientes desastres naturales en Vanuatu solo han exacerbado la crisis actual. Las islas del norte del país fueron golpeadas la semana pasada por una tormenta devastadora, el ciclón Harold, mientras que Tanna ha experimentado una caída de cenizas volcánicas que ha dañado los cultivos. Sin embargo, el grado de unidad y acción colectiva fomentado a través de las actividades educativas de la comunidad Bahá’í, incluido el PSA, ha permitido a muchas personas responder rápidamente y comenzar a reconstruir y replantar.
“Siento que es nuestra responsabilidad compartir nuestros conocimientos y experiencias”, dice Anika Naiu, una estudiante de PSA en Tanna. “Sabes, es fácil perder la esperanza, por ejemplo, durante un ciclón o por el coronavirus. Necesitamos ser una fuente de coraje y esperanza para los demás miembros de nuestra comunidad para que no se centren demasiado en estos desafíos, sino que piensen en lo que pueden hacer para salir adelante. Me da mucha alegría servir a mis hermanos y hermanas”.
Las capacidades desarrolladas a través del programa PSA están demostrando ser esenciales en otros países donde se ofrece. Un grupo de participantes en Uganda, con el apoyo de la Fundación Kimanya-Ngeyo, que implementa el programa en el país, está utilizando la radio local para promover conciencia sobre la producción de alimentos.
Esta organización, inspirada en la iniciativa de los jóvenes, ahora está utilizando sus recursos para garantizar que la producción de alimentos continúe y las tiendas de alimentos se mantengan a través del tiempo. Por ejemplo, está ofreciendo su propia tierra para plantar y poner a disposición fondos para comprar semillas.
“Existe una relación directa entre la esperanza, una actitud de servicio a los demás y la acción constructiva”, dice un representante de la Fundación para el Mejoramiento de la Sociedad, otra organización que ofrece PSA en Vanuatu. “Cuando ponemos las necesidades de los demás por encima de las nuestras, esto trae esperanza. Y, cuando recordamos nuestra realidad espiritual, nuestro sentido de esperanza se fortalece, independientemente de nuestra condición física”.
Para leer el artículo original en inglés: https://news.bahai.org/story/1414/